miércoles, 1 de septiembre de 2021

Diario — 1944 .


…al oírlos acercarse salen corriendo de los pisos sin que nadie les avise y suben a la azotea. Media docena de muchachos, a veces más. El cabello, trasquilado por algún familiar, revuelto; los ojos, con el mohín de centinela bien aprendido. Ya por el ruido de los motores discuten los modelos. «Son Mustang», oigo que uno afirma. «Quia —le contradice otro—, suenan a Curtiss». Siempre hay quien prefiere la melancolía: «Una vez vi pasar un Lockheed». También yo, quise decirles, pero entre las nubes se afilaba el destello de la visión que ya les cegaba, y todavía sigo impresionado