sábado, 10 de abril de 2021

Saul Leiter's hideout. Dog in Doorway, Paterson, 1952


Nada hay tan verde como un perro tumbado sobre la alfombra, junto a la puerta. Nada tan fugaz como lo que las cortinas ocultan. Rara vez se descubre algo en el encuadre de la ventanilla trasera de un taxi. Se paga para que aleje pensando que acerca. La ciudad es así, amante secreta de las paradojas. Cuanto más multitudinaria una avenida, más solitarios congrega. Nada hay tan perro como un verde expandido por toda la fachada. Nada tan escasamente locuaz como una cortina. Se paga la tarifa del taxímetro para rasurar la experiencia. Como quien entra en la peluquería rapado.