sábado, 13 de febrero de 2021

Reflejos | 4



La hiedra que asciende por la tapia como un vestido de invierno asiste desinteresada a la charla del encuentro casual. Está acostumbrada a los sonidos. Hay pájaros que se emboscan entre sus ramas al atardecer, antes de acabar sus cánticos. Menos costumbre tiene del humo del cigarrillo que uno de los dos bultos ha encendido. Lo ha extraído del paquete, que ofrece compartir. La otra persona lo rechaza con un movimiento de cabeza. La llama del mechero, un corazón diminuto, ha brillado lo justo. Alzan los brazos al conversar. Solo la enredadera de las flores blancas sabe de qué hablan.