miércoles, 27 de enero de 2021

Cuentos del hada jubilada (vigésimo séptimo)

Una tarde de viento, una ráfaga coló por la ventana abierta un inquieto punto rojo. Dio algunas vueltas sobre los muebles, como un pájaro que luciera un plumaje vistoso, y después fue a caer sobre el sofá, en aquel momento desocupado. ¡Mira —dije al levantar con los dedos el cáliz de una amapola— es una amapola lo que ha traído el viento! En la clase de ciencias naturales saqué buena nota; en la de creación literaria no creo que aprobara. Como sonreíste, no me importó. En un jarroncillo su acento rojo brilló unas horas sobre la caligrafía gris del día.