sábado, 1 de febrero de 2020

Daglfing



No todas las que se sientan solas en los bancos del andén han de ser necesariamente personas solitarias. Yo mismo puedo ser un ejemplo. He dejado la mochila sobre mi asiento de la derecha para ocupar el último a la izquierda. Así me quedan las manos libres para manipular la pantalla del móvil mientras acabo con la bolsa de nachos. Me parecería injusto que me tomaran por quien no soy. En especial quienes arrastran maletas y parecen emprender un viaje a un lugar mejor que este. Siempre he pensado que las pasean vacías, solo para aparentar lo que no hacen.