viernes, 24 de enero de 2020

Dietario de sensaciones, 70



La tarde se sienta en un banco del paseo cuando se ve a sí misma desvalida. «Me canso», se dice para justificar que no sigan llegando a todas partes sus dorados de orfebrería. Y cuando se ha sentado, la dama de la noche lo aprovecha para cubrir con su túnica la realidad. Lo hace subrepticiamente. Aún a la tarde le queda un ápice de fuerza y quiere levantarse. La sangre se le agolpa en la cabeza, con el esfuerzo, y el cielo se torna malva. Es cuando la tomo del brazo y la acompaño mientras se marcha despacio cielo adentro.