viernes, 29 de noviembre de 2019

7 | Grün



La luz corteja de modo caprichoso la realidad. Se adentra en la fronda para pintar lunares. Rotula sombras y esclarece minucias. Trabaja en un desangelado estudio, sin aire acondicionado, y a cualquier hora tiene paciencia para avanzar, viñeta a viñeta, el dibujo de lo vivido. Acaso, si siente apetito, se alimente de bocadillos sin levantarse del restirador. Migas, que aliadas con el carboncillo, se pasean por el tablero como algo más que amigos. La luz lo transforma todo a su antojo. Para que haya o no haya. Y a su hora, sin recoger nada, se larga nunca se sabe dónde.