jueves, 5 de septiembre de 2019

Práctica del espejo II



Idilio, el de los orines y el ambientador, vertido sobre el suyo. Si alguien golpea la puerta, hay otra puerta que se abrirá antes que la nuestra. Un cerrojillo. Densa prosa de los anversos. Así abrazados, me aboca al cuneiforme de los sentidos. Sus suspiros se los lleva el remolino de la cisterna vecina vaciándose. Llenándose. También en el suelo, feraz lirismo. Entremos a un lugar donde te pueda ver. No es una frase que ofrezca lecturas, aunque la continúe leyendo. En el oleaje, encaro la pila. Agrietada. Y al otro lado de la ventana que hay encima, dos desconocidos.