sábado, 1 de junio de 2019

Ventanas de Dachau | Verja



No mienten las palabras. Nunca. Dicen, expresan, a veces sienten. Por eso abochorna verlas mentir. Aunque no las veamos afrontar la vedad, ellas no son las que falsean. En la verja de entrada al campo de concentración de Dachau, el hierro junta dos vocablos hermosos. Trabajo y libertad. No solo son auténticas todas las palabras, sino que otorgan credibilidad a quien las usa. A quienes se visten con su túnica, les proporciona honores. Confianza a quienes se acercan a escucharlas. Dádivas a quienes con ellas comprenden. De ahí que la mentira resulte tan cruel. Un crimen como el crimen mismo.