Mínimas astillas de hielo se acumulan poco a poco en la madera y permanecen pegadas durante horas en el cristal. Tejen opacidades. Las cortinas que no hay para limitar una luz que tampoco existe. El cuadrado de cuadrados blancos. Una realidad que ha perdido su pigmentación. El invierno. A veces el viento trae la nieve hasta el círculo de luz bajo el cual abro el libro que estoy leyendo. Virutas del mismo color que el papel cubren las manchas de tinta. Esos ojos que me miran con sus significados han dejado de verme. El resto de la sala, a oscuras.