viernes, 1 de marzo de 2019

01 | Gramática del tragaluz



Por decir (por empezar este poema con alguna exaltación) digo que a veces te confundo, ventana de biblioteca, con el libro que estoy leyendo dentro. También es, abierto, un rectángulo y posee, como tú, hojas. Te abre a ti el bibliotecario las mañanas de verano porque das al norte y esa referencia, que ha leído en novelas donde puede pisar la nieve sobre la que nunca ha caminado, le refresca. En invierno, la cierra, aunque ni siquiera un poco de hielo se ha tumbado nunca sobre el peinazo de los cuarterones. No es que te lea, ventanal, solo me distraes.