viernes, 25 de enero de 2019

Bergen suite ::::



El día en el que busco el antifaz. No para salir a la calle con los ojos cerrados, ya quisiera. Tampoco para no ver la cocina, donde me aguardan todos los platos disponibles apilados en el fregadero, aunque cuando pase delante mire hacia el barco que navega la ventana. La mañana, quizá, en la que las botas de invierno me molesten en el atrio y descuelgo el plumón y pienso que debería guardarlo y después, tras acordarme de las hojas que corrían frente al portal, sentarme a escribir el poema del día en el que busco el antifaz para dormir.