jueves, 21 de diciembre de 2017

Elecciones


El día de las primeras elecciones de la transición, en el 77, tuve mi primer empleo. Pagado. No pude votar, pero sí trabajar. Le esperábamos de madrugada, no sé muy bien dónde, cuatro muchachos. Sí recuerdo a mi jefe de equipo. Pantalones acampanados, chaleco y gruesas gafas de pasta. Conducía un 1430. Hablaba poco. Ese coche me gustaba y no conocía Tarragona, nuestro destino. Me pasé todo el día vagando. A las ocho teníamos que estar en la constitución de las mesas. Y por la noche, acabado el recuento, solicitar una copia. Era más de medianoche de junio. Regresamos durmiendo.