En el escaparate de la sastrería
de Saint John Perse hay guantes de piel amarilla y pajaritas de fantasía
selvática. Pañuelos de seda con abstracciones geométricas. Camisas de blancura
alpina, pantalones ajedrezados, calcetines pintados por Mondrian. Hay bluchers
con suela encarnada. Capas de terciopelo. Americanas con tacto de nube.
Tirantes color índigo. En la puerta ondulan aromas a madera y música de
Monteverdi. Por delante cruza el mozalbete Rafael cada día, con su pesada
cartera. Camina despacio, se detiene, aspira. Sueña con el día en el que abandone
los pantalones cortos y la corbata con cuello de goma del uniforme.