martes, 6 de diciembre de 2016

«Trenes». Litoral nº 262


Cuando se inventó el ferrocarril los poetas realistas descubrieron una metáfora para el paso del tiempo. Los días serían las estaciones de un viaje que no admite descansos. Muchas veces, sin embargo, se tiene la sensación de que los días pasan, sí, pero que uno sigue en el andén esperando el tren al que ha de subirse. Que es el tiempo el que transita, como un expreso pasa por las estaciones sin siquiera aminorar la marcha y uno lo ve pasar sentado en el banco junto al inútil equipaje de quien no consigue alzarlo hasta la plataforma de ningún vagón.