viernes, 28 de octubre de 2016

1972-«Dual»


No se cansa el voluble mar de vestir sus tobillos de muchacha con la seda de la ola. Tampoco de desvestirlos, gesto airado por haberlos confundido de repente, quizá, con el color de la tosca arena. Extraña a la inconstancia, Sophia se inclina para recoger, entre restos de valvas, conchas y óvalos, las lágrimas de nácar que la marea ha olvidado en su paseo nocturno por la playa. Las aprieta en la mano izquierda y le gusta sentir su firme suavidad. Cada fulgor que descubre, entregado por lo incógnito, es el pétreo suspiro de un endecasílabo de Luís de Camões.