sábado, 24 de septiembre de 2016

H \ instantánea 1


Un estor bajado tamiza la luz, filtro que los fotógrafos de irrealidades usan con pericia. En el centro, la cama es un altar blanco, impoluto. Sin mácula del tiempo o del dolor que ha albergado. Una habitación vacía de hospital purifica la desmemoria. Paneles blancos sobre las paredes blancas. Blanco mobiliario. Ambiente grisáceo, cúbico, rectilíneo. Lugar en el que parece no haber ocurrido nunca nada. Altar de una religión áptera. Artilugios metálicos para ritos extraños. Perfección casi inhumana para una ocupación contradictoria. Se está y no se está en el cuarto, como paréntesis en una frase donde se ha dudado.