jueves, 3 de diciembre de 2015

Dietario de sensaciones, 4


Cada hogaza, cada rosca, cada torta son piezas únicas. Por similares que parezcan bien ordenadas en la panadería, jamás hay dos iguales. Amasadas por unas manos hábiles, pero no mecánicas, atravesadas cada día por un pensamiento. Horneadas por un fuego que cada noche se inventa su manera de arder. Enfriadas por una temperatura diferente. Cada pan es la concentración del tiempo en un instante. Y cada instante es una creación del vivir. Cada pieza luce las formas y las características de un presente. También su sabor varía en cada barra, se vive de manera distinta en cada beso, digo, bocado.