sábado, 6 de junio de 2015

El pabellón dorado [18]


Para saber si una película es buena o mala basta con cerrar los ojos. En la respiración de los actores, en su manera de caminar sobre un sendero de guijarros, en el tintineo de unas copas de cristal se adivina el acierto de las imágenes. En las réplicas se advierte la altura de los intérpretes, si son capaces o no de trasmitir en la dicción la gestualidad exacta que requieren las palabras y sus tonos. Si con la música se urde la trama hasta llegar a inquietar. Solo me gustaría abrir los ojos ante un primer plano de ciertas actrices.