sábado, 18 de octubre de 2014

Ciutadella express & 7


También el cielo en los atardeceres de verano muestra el orín de la luz que declina y la herrumbre en la que se convierten las horas. Al horizonte se le llama sobrecogedor espectáculo y su disposición cromática es captada por innúmeras cámaras que sacrifican el instante de contemplación por la mecánica de preservar su recuerdo. En eso se convierte el tiempo, una sucesión de instantáneas no vividas. Y son las imágenes coleccionadas la prueba de que no hubo vivencia, solo fotografía. Por eso, bicicleta crepuscular, no sé si cuando pasé frente a ti supe admirar tu belleza o solo captarla.