lunes, 18 de agosto de 2014

Carmen Pardo, «La escucha oblicua»



De John Cage se publican registros magníficos. Una nueva generación de intérpretes descubre en sus obras incluso la belleza y la emoción que las ideas del compositor negaban. ¿Y estas? Son un legado que vale la pena conocer y admirar, a lo que ayuda el libro de Carmen Pardo, ahora que se pueden contemplar como un paisaje en el tiempo. Felizmente ya no hay contradicción en admirar el sendero hacia la nada de Cage y componer música consonante, pintar figurativo o escribir con emoción. Solo hay algo más inútil que negar la belleza de una utopía, seguirla a pie juntillas.