martes, 13 de mayo de 2014

Portuaria # 1


Anclado en el puerto y sujeto al noray, un barco es un cuaderno con las hojas en blanco. Un nieto del Pequod que muestra orgulloso la foto de su abuelo a quien se acerque. Así funciona el mecanismo de la ficción. Una piedra que lanza el niño a espaldas de sus padres por ver cómo se rompe el cristal del agua en forma de círculos que no acaban. Y lo que era fiel pizarra que mostraba las ecuaciones de la realidad, de repente se transforma en plasticidad ininteligible. Desconocido idioma que el muchacho, ya castigado en un banco, tampoco traduce.