domingo, 2 de febrero de 2014

Intemperie / 16


Echar un vistazo a lo que ocurre inquieta. Los signos apuntan, con tozudez, hacia un mismo significado. Algunos oficios esenciales para la vida social están siendo humillados por el poder político. Son, curiosamente, aquellos a los que la sociedad reconoce una concepción autónoma de su labor: los jueces y su independencia judicial, los profesores y su libertad de cátedra, las profesiones con códigos deontológicos nada coyunturales (médicos, periodistas…). Hay un oficio que, mientras estos naufragan, está adquiriendo un protagonismo insólito y desmesurado en la sociedad: los fiscales. La única profesión civil que reconoce en su organización el orden jerárquico. Curioso.