lunes, 29 de abril de 2013

Proustiana / 11


En su ático la memoria celebra hoy una fiestecita. Acuden los recuerdos en su versión más elegante. El maquillaje desdibuja arrugas y la seda le da encanto a aquello que no lo tuvo nunca. Les veo llegar a mi pesar, aunque cierre los ojos. Y cuando la música sube de tono insisto a la policía del sueño para que intervenga de inmediato. Inútil. Entre ellos bailan, se rozan, gritan y beben el licor de la realidad que les embota y les hace sudar. Camisas fuera de los pantalones, blusas desabrochadas, rímel corrido. Cada vez más parecidos a lo que fueron.