martes, 7 de agosto de 2012

1915


No sé, un desconocido; un tal Proust —responde cuando se le señala el libraco espolvoreado de canela sobre un estante del obrador. Sí y no —contesta al preguntarle si le gusta. No entiendo gran cosa cuando leo mientras horneo los hojaldres, pero este tipo sí me entiende a mí —explica quitándose el gorrito blanco para que respire el pensamiento. La gente cree que los dulces son el disfrute del instante. Qué poco. El chocolate es la barba del abuelo; la vainilla, lágrimas del primer beso; la nata, un baño en el río. Su ingrediente principal no es azúcar, sino memoria.