jueves, 7 de junio de 2012

Lámparas


En junio te gusta madrugar, luz, para colarte entre los listones de las persianas que no consiguen nunca cerrar del todo. Buscas visitar los cuartos donde los amantes se entrelazan. Aunque te gustaría trasnochar, luz, para disfrutar con sus rostros de encandilamiento, hay un momento en el que se te caen los ojos y los cierras, y te pierdes, tumbada en el sofá, el argumento de la película cuyo final conoces cuando te despiertas para infiltrarte por las ranuras. Todas estas cosas las sé, las veo, pero tengo una duda, luz, ¿contemplas las sábanas revueltas o también lo que sueñan?