La estampa que había contemplado
Canaletto el joven en 1772 mientras preparaba los colores de su paleta ha
mirado sus cuadros para reconstruirse en el siglo XX. La vieja ciudad, el Stare
Miasto, tiene el encanto decorativo, ensimismado y olvidadizo de lo artificial.
Los reconstructores de posguerra inventaron un nuevo género de la realidad muy
aplaudido ahora, el parque temático. Pero el arte también es artificial, y
tampoco es despreciable el olvido, por eso me gusta la calle Krakowskie
Przedmieście, y más cuando atravieso un soportal y descubro, al otro lado del
pastiche, chiringuitos y grafitis de la ciudad real.