En el cibercafé de Rue du Colombier, Giverny, Pierre Restrepo imparte por las mañanas un curso de navegación para jubilados. Les ha enseñado a entrar en You tube y los viejecitos se pasan horas viendo vídeos: «Si hubiera conocido esto de joven». Les cobra una miseria, pero lo recupera con horas de alquiler para prácticas. La mayoría ha abierto cuentas en Facebook y se escriben recados unos a otros, en la misma sala. Menos el señor Monet que, aparte de llenar el teclado con los pelos sueltos de su barba, se pasa las horas muertas contemplando fotografías de flores acuáticas.