Sobre el género de su libro, Jordi Bonells (1951) escribe: «esto que no sé cómo llamar, si novela, autobiografía, ensayo, poema, drama, culebrón o farsa», y de hecho, de todo hay en este libro que también le «da la espalda» a todos estos géneros. A la autobiografía, mediante las historias de fantasmas que contiene; a la novela, con los interesantes datos sobre los nazis en Barcelona; al ensayo, con el ingenioso pastiche de un Gombrowicz reencarnado en cartonero. Quizá sólo no satisfaga la extensión; Bonells le ha dado a su novela muchas más páginas de las que la historia necesitaba.