A Isidro Hernández
Los libros son también habitaciones de hotel. Se viven intensamente durante unos días, horizonte constante hasta que se abandonan la fecha prevista para no volver. O sí, hay quienes regresan al mismo hotel, a la misma habitación y reescriben el mismo libro. No es un juicio de valor, sino una forma de entender la literatura. Y acaso la vida. Otros poetas cambian de habitación y de destino en cada libro; la anterior les queda siempre lejos del lugar donde andan en el momento. Pero eso no implica que la historia no sea la de todas las habitaciones donde ha escrito.