Leo en el blog de Liu una anotación que me da qué pensar: «les fastidia que no eches de menos esos tiempos en que lo único que tenías era 20 años». Tampoco yo los echo de menos. A los 20 años estaba tan vacío como esos estudiantes cuyos profesores dicen que no saben nada y una mañana de domingo, en el mercado de libros viejos, Antonio Rabinad me dijo: «lo único que se gana con los años es la capacidad de acabar cuanto empiezas». Y resultó cierto. Fastidiosa edad en la que no es posible ya dejar ningún proyecto inacabado.