viernes, 15 de febrero de 2008

Imagen en febrero

En un callejón del Puerto, el nombre de una boutique cerrada —como todas— subtitula este día de febrero: «La Nada». Las nubes reflejan su oscuridad sobre el encalado. Más arriba, en Dalt Vila, sólo albañiles que trabajan como supuso Freud que trajinaban los sueños mientras dormimos. Desde los baluartes, el mar hace esfuerzos por parecer más amenazador que el cielo. Tiene algún arte a su favor: sabe rugir. Y escupe iracundo contra las rocas. Hacia la ciudad, los áticos esperan estoicos el verano, con sus inútiles tumbonas y parasoles. Emerge una seducción extraña del frío, de la quietud, del abandono.