Acaso porque —como su personaje, el señor C— ya no tenga «la fortaleza necesaria», puesto que «Para escribir una novela tienes que ser como Atlas, cargar con todo un mundo en tus hombros y sostenerlo durante meses y años», Cotezee aborda la notable pérdida de intensidad narrativa de su última novela mezclando la trama con pequeños ensayos en una triple secuencia simultánea. Pese al interés de las opiniones, no dejan de ser lo que son. Uno de los personajes le acusa de ingenuo y optimista, y acaso en esta novela, con carta de final feliz, por primera vez lo sea.