El diario tiene la rareza de poseer escasas convenciones que clasifican a los géneros literarios. Y estos cada vez se sienten más incómodos con las convenciones que los clasifican. Es lo que justifica la presencia de Cuaderno de Beirut en una colección de poesía. Poéticas son las elipsis constantes entre fragmentos, la intensificación de detalles que cobran valor simbólico y una estructura organizada en círculos de percepción, desde el dibujo casi hiperrealista inicial, las descripciones y situaciones se difuminan y «todo lo visto y amado se escurre con el agua» en este viaje iniciático a las fuentes de la comprensión.