Del adagio «Un dietario es una catedral en construcción» extrae este libro su título. Emilio Calvo Mora, como aforista, es el artífice de los vitrales biográficos. Apunta en su cuaderno destellos de colores que en la mirada del lector se consolidan como sugerentes pensamientos que iluminan las caras ocultas: «El aforismo, más que miniatura, es pirueta». Los adagios no se entretienen en las circunstancias, abordan los temas: la esencia, la trascendencia o el tiempo. Luce levita de filósofo, pero por debajo se le ve la camiseta de poeta: «Esta mañana, nada más abrir la ventana, la luz era entera pájaro».