Las pompas de jabón son pintores miniaturistas. Cada una reproduce en el lienzo diáfano de su universo un destello luminoso. Las pomas de jabón son jinetes. Corren sobre sí mismas por la pista de la piel. Son también pilotos. Vuelan con la serenidad de los objetos que no han volado nunca ni siquiera han soñado con volar un día, como los jarrones o las tejas. Son ópticos graduados con diploma enmarcado en la pared. Siempre están mirando a los ojos. Son vendedoras de metáforas. Por el pago de una caricia entregan una sensación fluida y devuelven de cambio un instante.