JOSÉ ÁNGEL CILLERUELO / LIBROS / ESCRITURAS

jueves, 27 de abril de 2023

Biblioteca de huecos | 07



Una tarde de mi infancia habíamos vuelto de compras en metro. Se abandonaba la estación por un estrecho corredor que flanqueaba el andén vallado y una pared de ladrillo. Contra ese muro aplastó un empujón a mi madre cuando procuraba sujetarme la mano con más fuerza. Los dos oímos un temible chasquido en la bolsa donde transportaba un jarrón enorme por el que mi madre había quedado fascinada. En casa comprobamos un costado astillado, que dio en agujero. Lo colocó de cara al lado opuesto y ahí lució durante años, aunque cada vez que lo miraba veía la invisible rotura.

sábado, 22 de abril de 2023

Biblioteca de huecos | 06



Si no lo digo es como si no existiera el pensamiento al que le doy valor de mío por haber nacido dentro y formar parte del recinto que denomino intimidad. Esas columnas de hormigón que ocultan los albañiles cuando alzan el edificio de la experiencia. Y si lo digo, al decirlo, cuando lo propio se desvela convertido en algo pensado, deja de ser exclusivamente mío y queda ubicado en oídos ajenos, como quien ha vendido una propiedad y ya no puede decidir el color del que quiere pintar las ventanas. Si hablo me vacío y si callo siento el vacío.

miércoles, 19 de abril de 2023

Biblioteca de huecos | 05



Al salir me atropella. «Por favor —elevo la voz al decirlo—, un poco más de cuidado, que hay personas». Le veo azorarse. Eso no lo espero. Me dispongo a participar en una disputa dialéctica rápida, enseguida preparo una buena respuesta a su presumible gesto de desprecio. La bronca de baja intensidad es el sistema de cortesía ciudadano. Sin embargo, le veo enrojecer. Lo lamenta con voz entrecortada. Se culpa por su impresentable prisa. Más vulnerable él que yo vulnerada. Qué hermosa anécdota —un rayo cruza mi pensamiento— para evocarla en cada cena de aniversario. Repite las disculpas. Se va.

jueves, 13 de abril de 2023

Biblioteca de huecos | 04



En el Diario de los días que no he vivido el reportero de guerra e irredento aventurero Clemente Casín relata con detalle cómo despierta con las noticias de la radio, enrosca la cafetera, tuesta el pan, hace la cama. Evoca la conversación con el conserje sobre el tiempo previsto para la semana siguiente. Describe el paseo hasta el parque, donde se sienta bajo los tilos a ver transcurrir la mañana. Enseguida se descubre que se trata de un libro de ficción, porque ocupa siempre el mismo banco; algo absurdo, pues la sombra que gusta en verano el invierno la desaconseja.

lunes, 10 de abril de 2023

Biblioteca de huecos | 03



Cuando me rebasó en el bulevar con atlética zancada, de repente se dio la vuelta y su sonrisa, esplendorosa, me saludó en una lengua que no supe identificar. Quise estar a su altura, pero tropecé en el sonido de la palabra que iba a pronunciar, balbucí y hasta creo que me puse como un tomate. Volvió a mirar al frente, desapareció. Y para que no desapareciera el momento, me lo cuento cada noche al acostarme. Oración que le rezo al dios de lo que permanece. Como cada noche le añado un detalle al acontecimiento, el extranjero pronto pedirá mi mano.

miércoles, 5 de abril de 2023

Biblioteca de huecos | 02



Le escribo un mensaje atropellado a mi hermana: «Lo he encontrado». Y ella, que tenía más tiempo para perderlo ante la pantalla del teléfono, me responde: «Anda, como yo el otro día, que encontré aquel pendiente de oro que había perdido. Estaba entre los cojines del sofá y yo como loca todo este tiempo». No era eso lo que había extraviado. Estuvimos hablando toda la tarde en un Café. Tuvimos que pedir tres consumiciones para no impacientar a los camareros. Cuando llegó la noche nos despedimos. «¿Y?», inquiere mi hermana. Le escribo: «Como si hubieras vuelto a perder el pendiente».

sábado, 1 de abril de 2023

Biblioteca de huecos | 01


No era el lugar, sino que cualquier sitio puede serlo. Basta con hacer lo que hizo. Cavar una brecha. Un palmo, donde apenas entra un reloj. O un anillo. Dijo que abandonáramos un beso. En un hueco menor hubiera cabido. Lo cubrió con hojarasca. Nos reímos de la ocurrencia. Era un tiempo incierto, los dos pensábamos en vidas diferentes a las que llevábamos. Supe poco más de él. Hoy he rebuscado aquella grieta en el parque. Con los años, cuanto parece idéntico resulta otro. Sé que no habrá nada donde solo existió presencia, pero necesito contármelo para que algo ocurra.