Una tarde de viento, una ráfaga coló por la ventana abierta un inquieto punto rojo. Dio algunas vueltas sobre los muebles, como un pájaro que luciera un plumaje vistoso, y después fue a caer sobre el sofá, en aquel momento desocupado. ¡Mira —dije al levantar con los dedos el cáliz de una amapola— es una amapola lo que ha traído el viento! En la clase de ciencias naturales saqué buena nota; en la de creación literaria no creo que aprobara. Como sonreíste, no me importó. En un jarroncillo su acento rojo brilló unas horas sobre la caligrafía gris del día.
viernes, 1 de enero de 2021
Pequeño cuento de Año Nuevo
En cada inicio se esconde una falacia. En el de las palabras el fraude del significado, fruto cuyo dulzor deja la promesa de una semilla que se lanza al otro lado del camino. En el de los cuentos, la farsa de que la memoria los ha conservado, miel dentro de un tarro en lo alto de la alacena, a lo largo del tiempo que hubo una vez. En el de la escritura el embuste de que fue regalo de los dioses, un mar que nutre los ríos y los arroyos y alcanza el manantial y se adentra en la roca.