JOSÉ ÁNGEL CILLERUELO / LIBROS / ESCRITURAS

jueves, 30 de octubre de 2014

En el Pabellón de Paredes Imperceptibles 四

Viajeros entre montañas y arroyos, de Fan Kuan. Dinastía Song

En el Palacio Imperial de Taipéi me detuve a admirar una pintura de Fan Kuan, aquella que relata su viaje por las montañas siguiendo el cauce de un río. Hubiera previsto con facilidad el asombro que una obra de tanta belleza podía producirme. El pasmo, quizá. Pero nunca que sufriera de inmediato una sensación de incomodidad. Miré mi vestuario y hallé del todo inadecuadas mis sandalias. Ridículo también mi liviano hanfu de seda. El malestar me turbó. Empecé a tiritar como antes de una nevada y cuando quise abandonar la contemplación mis pies chapoteaban agua de arroyo sobre las alfombras.

martes, 28 de octubre de 2014

En el Pabellón de Paredes Imperceptibles 三


Tal vez porque resolví mal el cálculo de jornadas y distancia, me vi asediado por la voluntad de escribir sobre el Manantial que deseaba ver varios días antes de poder comprobar con mis propias manos la fuerza con la que brotaba. La tarde en la que debía llegar a mi destino la montaña no era más que una anécdota del horizonte. Pero mi cabeza bullía con los versos que deseaba escribir. Me tumbé bajo la sombra de unos bambúes y describí la fuente tal como la imaginaba. Incluso los arcoíris del agua. Al llegar, no tuve que variar ninguna rima.

sábado, 25 de octubre de 2014

En el Pabellón de Paredes Imperceptibles 二


No solo era el tronco de un ciprés descomunal atravesado en mitad del sendero que se había estrechado bajo la sombra de las altas peñas, sino sobre todo la fragosidad que crecía a su amparo. El cansancio, ante la imposibilidad de que el camino me liberara de la fronda, me sentó sobre una piedra extrañamente cuadrada. La mirada solo me devolvía las tachaduras del lugar. Su indiferencia. Por eso bajé los ojos y escarbé con una rama por entretenerme. Me pareció ver una palabra. Luego, una inscripción. Logré leer el carácter de «Paraíso» y la maraña empezó a cobrar sentido.

jueves, 23 de octubre de 2014

En el Pabellón de Paredes Imperceptibles 一 在看不见的墙壁大厅


Como no era una de las colinas célebres, antes de alcanzar su falda el camino se desviaba hacia el oeste. Flecha que apunta a poniente, pensé, que no he de seguir. La ruta de mis pasos al abandonar el camino apenas se veía bajo el acoso de la maleza. Las zarzas arañaban la túnica y mis tobillos daban de comer a los insectos. La decisión no era más certera de aquella que toma el que huye. Aguardaba únicamente el don de la soledad. Quién podía imaginar, entre aquellos barrancos insalubres, que sin soñarlo siquiera hallara el Huerto del Ciruelo Inmortal.

martes, 21 de octubre de 2014

Autumn


El país del otoño tiene color de tierra y del aire que incendian las copas de los árboles con sus túnicas granates. Esta paleta de tonos severos echa a la cesta del pensamiento ideas lentas y reposadas. Los versos se extienden por la hoja cuando se le describe. Sus frutos son rugosos y estriados. Renuncian a la seducción y al dulzor de las frutas del verano, pero ganan austeridad y pureza en el gusto. Carecen de la voluptuosidad de los jugos, aunque sus texturas ásperas poseen poder evocador. El otoño siempre rememora. Y ofrece recorrer sus recuerdos a los desmemoriados.

sábado, 18 de octubre de 2014

Ciutadella express & 7


También el cielo en los atardeceres de verano muestra el orín de la luz que declina y la herrumbre en la que se convierten las horas. Al horizonte se le llama sobrecogedor espectáculo y su disposición cromática es captada por innúmeras cámaras que sacrifican el instante de contemplación por la mecánica de preservar su recuerdo. En eso se convierte el tiempo, una sucesión de instantáneas no vividas. Y son las imágenes coleccionadas la prueba de que no hubo vivencia, solo fotografía. Por eso, bicicleta crepuscular, no sé si cuando pasé frente a ti supe admirar tu belleza o solo captarla.

jueves, 16 de octubre de 2014

Ciutadella express 6


John Cage ideó un método de composición que invertía las convenciones musicales. Dejaba fluir los instrumentos en pura improvisación, y el registro de lo ocurrido se convertía en la partitura de la pieza. Algunas de las partituras así concebidas se parecen a las paredes de piedra de la cantera. También, por cierto, una orquesta de picos, cuñas y levas, de escoplos, cinceles y macetas, de escuadras, vitolas y metros, de sierras radiales y de tronzadores ha interpretado su obra con sonoridades y estridencias que acaso encarnen el sentimiento de la piedra al ser cuarteada y removida de su lítico silencio.

martes, 14 de octubre de 2014

Ciutadella express 5


Entregad mis ojos a Argos, el de los mil ojos, rogaba el despreciado en amores. Quien cerró esta ventana, para que quedara así por siempre, abrió al llegar los ventanales de su casa. El aire recorrió las habitaciones, y los jarrones y figuras de porcelana se contemplaron orgullosos en sus sombras. Solo quedó, en el abandono, el desprendido consuelo del crepúsculo, que a diario acude a lamer las molduras maltrechas y desliza los dedos de ceguera en la imperturbable celosía. Se diría que interpreta en ella una canción portuaria. Triste y desdentada. Romanticismos sin base. Argos ya planea un hotel.

sábado, 11 de octubre de 2014

Ciutadella express 4


La gente se reía de Adolfo Suárez cuando respondió que «uno de Henry Moore» a la pregunta de qué libro estaba leyendo. Aquel episodio daba qué pensar. Es cierto que Suárez no era un intelectual, pero su resbalón tal vez signifique que todavía creía, aunque debiera fingirlo, en el valor cultural como parte de la formación del político. En la tradición del humanismo. Hoy los periodistas a los políticos solo les preguntan por cuestiones deportivas. Se da por supuesto que el ingrediente cultural ha desaparecido. Y no lamento esta agonía del ideal humanista, sino que ya ni sea necesario fingir.

jueves, 9 de octubre de 2014

Ciutadella express 3


En mi juventud la palabra «váter», que como anglicismo debió de ser una adquisición rutilante años antes, empezaba ya a sonar regular. No tan mal como ahora, quizá. Lo fino era, en un restaurante, preguntar por el «uve ce». Y pese a ser una expresión tan abstracta, o tal vez tan obtusa, no tardó mucho tampoco en empeorar. Le sucedió durante un tiempo el término «servicio». Una bonita paradoja: el lugar donde nadie es servido. Tal vez sea el que más he usado durante mi vida, y si no controlo aún se me escapa. Hoy ya resulta feo. E impropio. 

Fue sustituido por «lavabo». Magnífico eufemismo: resulta tan higiénico querer lavarse. La verdad es que, con cierta ingenuidad, pensé que este había llegado para quedarse. Lo asimilé con facilidad y cierto entusiasmo, pero pese a los buenos propósitos de la raíz, «lavabo» empieza también a parecer rudo. Quizá incluso palurdo. Más me cuesta hacerme con su sustituto actual. Preguntar por la ubicación de la «tualet» o «tualet-e» suena cursi, aunque no veo otra opción. Peor parado ha quedado —pienso— el verso con el que Fray Luis de León traduce otro del Cantar de los Cantares: «Metióme Elrey en su retrete».

martes, 7 de octubre de 2014

Ciutadella express 2


Para Matilde y Juanjo

Cuando se encienden los focos de mayor potencia para que la luz ciegue contrastes y claroscuros, y vayan los ojos a ver únicamente donde nada ven salvo lo que se muestra, para mostrarse, para de verdad ser contemplado cuando alguien acaso vea, queda el exiguo patrimonio de la oscuridad. De la casi inexistencia. Ah, en una época que cercena los márgenes, sin importarle los multiplica. Y emergen los invisibles matices lejos de donde la luz abrasadora ilumina el rostro tiznado de lo visible. Catacumbas, o mejor, un milagro. Ediciones de cien ejemplares donde la literatura se refugia de la obscenidad.

sábado, 4 de octubre de 2014

Ciutadella express 1


Para Jesús Aguado 

Que Ramon Llull —o quizá ya desde el principio Raymond Lully— conoció y admiró las filosofías orientales es bien sabido. Que le gustara también el jazz implica una condición de visionario que tampoco le es del todo ajena. Que fuera un enamorado de la contracultura no ha de sorprender a nadie que haya leído Blanquerna. Que pudo ser un poco hippie es fácil intuirlo en cualquiera de las estampas que lo retrata como gran barbado y un poco informal. Que le hubiesen interesado Howl y On the road es seguro. Que pertenezca a la Beat Generation no resulta tan raro.

viernes, 3 de octubre de 2014

Octubre


Octubre es silencioso. Camina descalzo. Colecciona gotas de ámbar con hormigas atrapadas. Es discreto en sus vestidos de tono rosa ocráceo. Octubre. Como el telón que ciega el escenario y deja a los espectadores ante el juicio de sí mismos tras los últimos ecos de la obra, así también invita a la introspección. Deshila la madeja de la memoria y despierta los sonidos del propio cuerpo al latir, al respirar, al moverse. Octubre llega en una carta que trae el cartero, con un sello timbrado y el nombre del destinatario, el de cada cual, escrito a pluma. Con su letra.

miércoles, 1 de octubre de 2014

Café il tempo y 14

Foto Elías Moro Cuéllar
Para Elías

Nor hours, days, months, which are the rags of time
JOHN DONNE

Abuelo y nieta llegan al parque. El sol de la tarde hace crochet en un banco mientras escucha por la radio un magazine. Desabrocha el abuelo las tiras que la sujetan al cochecito. La niña enseguida estira los brazos para decir que sabe que va a salir y quiere. El abuelo le habla despacio. La nieta sonríe. El abuelo es alto. Muy alto, incluso. La niña es una niña que acaba de empezar a andar, pero los dos avanzan de la mano por la arena municipal. Ahí, en esas manos que se dan, se transmite lo que invalida al tiempo.