La aparición de un nombre entre la disparatada antología de objetos que reúne cada vendedor en su puesto de los Encantes despierta la elegía que duerme en ellos escondida. Dos placas de plata falsa —el óxido se las come— agradecen los servicios de don Bernabé Gómez Montero en el colegio Menéndez Pelayo del Prat. Con fecha de 1980. (En Internet, la memoria del futuro, aparece una sola entrada: el traslado a Barcelona en 1960). Empezaba a presentir su elegía cuando de repente me he preguntado quién comprará por pocos euros estas placas y las colgará —ave fénix— en su comedor.