En esa suerte de historia universal de las pasiones amorosas paradójicas que forman las novelas breves de Junichiro Tanizaki (1886-1965), Retrato de Shunkin se plantea y desarrolla como el amor asimétrico entre la dama aristocrática, genial y ciega, y el criado lerdo y servicial. De hecho el amor se funda en la imposibilidad de la existencia de la pareja. Cuando Tanizaki ha convencido al lector de la necesidad de esta asimetría para mantener el sentimiento, la historia da un giro y los personajes descubren que aún quedaba amor por desvelar: el más sublime, el que nace en la completa simetría.