JOSÉ ÁNGEL CILLERUELO / LIBROS / ESCRITURAS

miércoles, 5 de marzo de 2008

JULIETA: Aún no he oído cien palabras tuyas / y ya conozco el eco de tu voz (Shakespeare)

Hay quien piensa que cien palabras es tramo demasiado corto para expresar opiniones y argumentos. Puede ser, aunque a la mayoría de opiniones que uno escucha le sobran, en general, noventa y cinco palabras: «Ese tío es un cretino». En cuanto a los argumentos que uno advierte debajo de las palabras se puede aplicar la misma cuenta. Con un «quítate tú pa’ ponerme yo» se resume la mayoría. Para lo único que no sirven cien palabras es para vender escritura a peso. Cien palabras apenas mueven el fiel de la balanza (¿a quién guardará fidelidad el fiel que se inclina?)