Concebida como figura mítica, Oriana, «la oriunda de sí misma» encarna el mito de quien concibe cuerpo y pensamiento no solo como fuga de oscuridades y monstruos, sino también como modo de «dilatar / los límites de la fantasía». Iris Parra abre las puertas de este universo privado y propio, que con frecuencia emerge deslumbrante en mitad de la vida cotidiana, pero sobre todo realiza una intensa reflexión sobre su necesidad, sus virtudes escondidas y las implicaciones del sujeto: «Narras, inventas, como latido». Así lo evoca desde su poética: «Violeta azotada por los vientos / en el risco de una llama en extinción».