El interés del libro empieza en las páginas del prólogo. El autor no solo abre las puertas de su taller poético de par en par, sino que también cuenta las vicisitudes de publicación, que de paso muestran un exacto panorama de la época. Interés que aumenta en los poemas a partir del excelente trabajo formal de los textos —el uso de métricas tradicionales, contemporáneas e incluso otras de ritmo entreverado por ser letras de canción—; y por el método compositivo que desvela: la frescura adolescente de muchos poemas amorosos —tema del libro— combinada con una expresión madura y reflexiva.