Cuando se publica un libro, todo es alrededor silencio. Estoy contenta con la edición, pero soy la única. Bueno, se lo mandé a mi prima de Uruguay y le encantó recibirlo. La empleada de Correos, que me tiene vista, me preguntó si hacía el envío a mi hija. «No, a mi prima», le dije, pero me inquietó la vida que hubiera ocurrido si escribiera a Uruguay a la hija que no tengo. El hijo que tengo está en Londres, pero no se lo he enviado. Le mandé una foto por wassap. Me dijo: enhorabuena, mami; así, todo escrito en minúscula.