JOSÉ ÁNGEL CILLERUELO / LIBROS / ESCRITURAS

jueves, 18 de junio de 2020

Cuentos del hada jubilada (quinto)



Está demasiado cerca del camino —le avisaron al testarudo Olacio. Pero lo cavó en la tangente de su huerto. A él se lo llevó por delante un mal aire, pero el pozo permanece. Y aunque nadie saque agua, porque el campo olaciano dio en baldío al poco, de su aciaga boca siguen manando leyendas. Basta acercarse para oír llorar a un niño travieso, gritar a una muchacha demasiado curiosa o ladrar a diversos perros ladradores. No hay mal en el pueblo que no aceche desde aquel hueco en la tierra. Nadie ha olvidado el nombre del terco cavador de pozos.