Un maestro que corrija dictados no pondrá tantos acentos
como los vencejos la semana de junio que llegan. Sombras fugaces sobre las
tumbas. Un pintor expresionista no volcará en el lienzo tantos goterones desde
los cubos agujereados. Destellos vivaces en lo sombrío. A verlos me acerco
hasta el cementerio y en lo monumental de alguna piedra me he sentado. Por
capturar una imagen encuadro el cielo y cuando disparo las aves que venían ya
se han ido. No me queda más remedio que darle la vuelta a la cámara y
fotografiar al que siempre está aquí. Aunque se haya ido.