Deja Vicente Luis Mora (1970) en blanco la página donde transcribe su poema de la «rosa», tras una lúcida reflexión sobre la imposibilidad de continuar con una tradición discursiva que ya no coincide, en la comprensión de lo real, con la idea y el conocimiento que hoy se tiene de la realidad. Este tal vez sea el primer esfuerzo de la poética de Serie, la creación de un lenguaje poético que revele lo que la comprensión está viendo. Y el siguiente paso es cuestionarse en qué ha cambiado la sensibilidad ante las pulsiones de un mundo a ritmo de píxel.