El neón del rótulo les añade en
el gesto acentos circunflejos de un idioma impenetrable. El relente de la noche queda inadvertido en la camisa con las mangas dobladas hacia el antebrazo
y algo fugada del cinturón de piel negra por la espalda. En columnas
salomónicas el frío huye con las bocanadas exhaladas a la puerta. Y si con una
mano sostienen la brasa, con la otra abrazan la cintura de mujeres de medias
negras. Paso buscándole a mi cazadora un punto más arriba en el cierre de la
cremallera. No existe la temperatura ni el desmoronamiento para los
fumadores.