Voy como quien va de un sitio a otro. Paso la mañana soleada dando paseos, aunque sé que no me muevo en el espacio, sino en el tiempo. Voy desde quien soy a quien fui. Prefiero pasar por lugares que recuerdo a seguir calles desconocidas. A cada paso coloco en su emplazamiento una tesela del mosaico descompuesto de la memoria. Regreso a donde estuve solo para certificar con su existencia la mía. Un espejismo. Se diría que no escribo, sino que simplemente copio citas. No leo; sobre una página en blanco palpo solo la tinta corrida que quedó en mí.